A lo que ella respondió: - ¡Para tí, para siempre!
El corazón me dió un vuelco y ahí, me sentí madre, responsable para siempre de aquel adorable y pequeñito ser. Era magia en estado puro. Ese instante fue sólo nuestro, yo estaba sola en la habitación y las emociones inundaron todo mi ser. ¡Era increíble! pero a la vez, me entró un miedo atroz. Los mil y un "y si..." me embargaron.
¿Y si no lo hago bien?
¿Y si no le doy lo que necesita?
¿Y si llora qué hago?
¿Y si no me quiere?
Pasaron los años y ese lindo bebé ahora tiene 11 años, los "ysis" se han sucedido, pero los hemos ido superando uno a uno.
Gracias a la santa-abuela en muchas ocasiones no he llegado a entrar en modo pánico, porque cuando estoy al borde de "ysis" ella siempre me dice:
- Deja de PRE-ocuparte. Ocúpate de los problemas cuando lleguen, no te agobies antes de tiempo, que la mayoría de los "ysis" ni siquiera llegan a ser problemas.
Este consejo no sólo es aplicable a padres, sino a todos. Solemos estar tan PRE-ocupados que no vivimos el presente y sólo vemos el lado negativo del futuro.
Hay que dejar que la vida fluya y atajar los contratiempos cuando se presenten, porque los "ysis" y las PRE-ocupaciones, nos hacen vivir con temor al futuro.
Vida sólo tenemos una y es para vivirla con alegría. Siempre sucederán cosas, pero con una actitud positiva superaremos cualquier obstáculo
PALABRA DE ABUELA
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