jueves, 3 de diciembre de 2015

Malas noches de 500 horas

Hay algo que siempre me ha intrigado,¿cómo es posible que cuando no puedes dormir las noches sean taaaaan largas? Pero oye, como caigas rendido en brazos de Morfeo, es como pestañear y ya es de día. ¡Es totalmente una injusticia! A mi que me digan donde he de reclamar, porque no lo veo normal.

Hoy al pequeño malito y la mini amazona exigente, se ha unido solidariamente mi hijo mayor con pesadillas, toda una orquesta sinfónica para no dormir.

  (YO RECIÉN LEVANTADA HOY)

Cada hora equivalía como mínimo a 10... Pero alrededor de las 6 de la mañana, cuando mi cuerpo y mi mente pedían a gritos algo de absoluto descanso, se alinearon los astros y reinó el silencio y la calma en mi hogar. Fue entonces cuando mi cama se convirtió en algodones esponjosos y suaves (o al menos así los vi yo) perfectos para un sueño reparador y caí con el efecto Nancy (posición horizontal y ojos cerrados) absolutamente k.o. En ese instante mi reloj se empezó a reír de mí, o a sonar la alarma una de dos.

Creo que hay alguien por ahí escondido que maneja con una palanca el sol y en cuanto me ve dormir ¡Zas! la acciona para reirse de mí. Igual lo graba y hasta tiene un top ten de todas esas veces que nos joroba el sueño.

Sea como sea, al fin acabó la noche y mis ojeras y yo ya somos muy amigas desde que nació la pequeña amazona, así que nos levantamos, nos arreglamos un poquito y a por el día, que remedio...
Eso sí, ¡a Dios pongo por testigo, que ésta tarde caerá una siesta!



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