Antes de tener hijos vivimos a un ritmo totalmente diferente, los horarios se cumplen sin mucho esfuerzo pero luego............ preparar una salida se convierte en una odisea, ser puntual implica una logística y planificación magistral y aún así mejor cruza los dedos por si acaso. Nos hacen creer que los bebés son serenos, tranquilos y sonrientes, pero eso sólo es a ratos, porque la mayoría del tiempo requieren nuestra atención a lagrimones, hay que cambiarlos con mayor o menor dificultad (según el humor del bebé) 10 veces al día y comen a cada dos por tres. La nula conciliación actual no ayuda en absoluto y los padres acabamos haciendo malabares entre trabajo y vida familiar. En estos casos, la comunicación en pareja pasa a ser únicamente un reporte de la situación actual. Es decir, os cruzáis unos minutos antes del "cambio de turno con los niños" e intercambiáis la información importante:
- Ya comió, pero poco. Ha cagado. Ahora le toca la siesta porque antes no quiso dormir. Te quiero, nos vemos
Pero no os preocupéis, que eso es sólo al principio, cuando andan... ¡¡ES AÚN PEOR!! Os sorprenderéis de la cantidad de peligros que acechan el día a día, desde monedas que dejamos en cualquier sitio, puertas vengativas atrapa dedos o esquinas puntiagudas con puntería así que estaréis en constante alerta.
Pero todo lo que parece un peligro inminente cuando son pequeños, va desapareciendo con los años y esos problemas se transforman según la edad. Así que mejor no tengáis hijos porque...
Llegaréis tarde a todos lados.
Redescubrirás el mundo apreciando la lluvia, el caer de las hojas en otoño, la inmensidad del mar...
Perderás la verguenza, porque por verle felíz cualquier lugar se convierte en una pista de baile o un concierto improvisado.
Tu memoria del móvil siempre estará llena de fotos.
Cuando salgas a comprarte algo, volverás con cosas para ellos, pero olvidarás por completo lo que querías para tí.
Despertarás cada mañana sorprendid@ de que ese pequeño ser sea parte de tí.
Quieren arreglar todos los problemas con un abrazo y muchos besos.
Siempre tendrás sueño, pero al mínimo ruidito estarás al 100% para todo.
Pero sobre todo, te enamorarás cada día.
Si no quieres esto, mejor no tengas un hijo y con 2 no se duplica todo lo anterior, se multiplica por 100 por cada hijo. Así que pensarlo antes de aceptar este gran reto que restará tu dinero, sumará momentos inolvidables y multiplicará tu felicidad.