sábado, 16 de enero de 2016

Siempre en la memoria.

El tiempo pasa rapidísimo y soy más consciente de ello desde que soy madre. Cuando me detengo en el ajetreo diario y los miro, no me lo puedo creer, no salgo de mi asombro cuando recapitulo en mis recuerdos los bebés que tuve en mis brazos hace dos días para mí, pero no.... Ya hace 11 años rumbo a 12 que mi primer hijo me convirtió en mamá, me dió el título más importante en mi vida y con sus pequeños gestos y sus primeras sonrisas, ya sabía que sería una gran aventura de vida. Los hijos no son la única manera de dar sentido a la vida, cada uno elije una manera de dar color a sus días, pero para mí, los colores más bonitos son ellos.

Es una pena que no recuerden la de cosas que hacemos por ellos porque verlos contentos es sin duda la mayor recompensa como padres.
Gracias a la tecnología hoy en día podemos recapitular gran parte de nuestras vivencias de la infancia.

La pequeña Amazona.

Nuestros hijos no recordarán las mil noches en vela, viendo como sube y baja esa pequeña barriguita.
No recordarán como los aseamos y mimamos, ni las mil y una tonterías que hacemos para que sonrían.
No recordarán como nuestra prioridad pasaron a ser ellos.
No sabrán que también tuvimos miedo en muchas de sus primeras veces como darles un alimento nuevo sin saber si les daría alergia, sus primeros pasos, el primer día de cole y no estar con ellos.
Probablemente sólo nos vean como adultos aburridos y sobreprotectores, porque sin duda ser padre es una prueba difícil pero maravillosa.
Ahora estamos en la etapa del rebelde sin causa con el mayor, donde no es consciente de que sus palabras también nos duelen.

Hace poco tiempo yo también fuí niña a ojos de mis padres y hoy por hoy aún hay muchos momentos en los que me miran sorprendidos y no pueden creer que su hija pequeñita sea ahora madre de sus nietos. Por ello en ocasiones miro a mis pequeños con ojos de abuela, con ganas de congelar el tiempo, escuchando sus risas y sus locuras, pero el tiempo no espera a nadie y sigue su curso.

No quiero olvidar, quiero poder hacerles recordar cada instante de sus vidas que son amados, que estaré junto a ellos hasta el final de mis días y para mí siempre serán mis pequeños.
No olvidéis los momentos especiales, rememorarlos con vuestros hijos para que siempre recuerden lo especiales que son.
No olvidéis que también habéis sido niños, hacedles saber a vuestros seres queridos que valoráis todo lo que han hecho por vosotros, porque la vida pasa y no espera.
Recordad y no olvidéis.